La Jaula de vidrio

Bueno, lo del concurso resultó como siempre, nada, debido a la cantidad de gente que participó entre otras cosas, pero lo que me quedó fue mejor definitivamente fue el deseo de seguir adelante, porque observé que voy por un camino adecuado para seguir con mi hobbie de la adolescencia.
El fin de semana dieron la noticia de que la ONU clasifica a la delegación donde vivo, al nivel socioeconómico parecido al de Alemania… ¡Zas! Ahora resulta que esta colonia es un pueblo alemán, sí claro, ¿por eso será que las hijas de mi vecina son güeras (rubias)? ¿Por eso será que hay una ley absurda que nos obliga a separar la basura aunque los recolectores la vuelvan a juntar? Antes de decir barrabasadas de ese calibre deberían de ver los baches en mi colonia, que seguido nos hace falta el agua, que el drenaje no resultó suficiente esta temporada de lluvias pasada y la tubería reventó, que los edificios mal construidos están proliferando como hongos en la lluvia son de seis pisos aunque la ley sólo permita la construcción de edificios de cuatro pisos, debido a la sismicidad de la zona, y que la inseguridad de algunas zonas de la delegación esté cabrona. Antes de decir pendejadas deberían fijarse, porque ahora me siento como turco en Alemania.

Hoy quiero referirme a algo que me gusta, el modelismo, no, no se trata de modelar ropa o algo así, sino de armar modelos de plástico de aviones, autos, vehículos militares, barcos, personas, etc. Lo menciono debido a que este viernes comienza la convención nacional de modelismo estático, sobre la que pueden encontrar información aquí, es un evento que a mí siempre me entusiasma, es el momento por el cual muchos de nosotros, los modelistas, esperamos cada año con nuestras mejores piezas, este viernes estaré ahí para entregar mis modelos y ya veremos qué ocurre, en todo caso, aquellos de los que leen esto que vivan en o cerca del DF, asistan por favor, les gustará tanto como a nosotros, empieza el 22 y desde el sábado siguiente estarán las piezas en exhibición hasta el domingo en la tarde, espero poder mostrarles algo posteriormente.

Hoy no pude hacerlo, pero me parece que deberíamos todos, por lo menos aquellos a los que nos gusta la lectura, es sencillo, tan sencillo como dejar un libro, sí dejar un libro, sólo que no se abandona, sino que se libera un libro, me explico mejor, a sugerencia de “la incansable mente maligna" alias Carlos Chávez (entrañable amigo maquero) y como parte de todo un esfuerzo para incrementar el gusto por la lectura, he querido, sin éxito, liberar un libro, es decir, llevar un libro a un lugar concurrido (un centro comercial, un parque, un cine, un teatro, etc.) y dejarlo ahí para que alguien más lo recoja y lo lea. Les parece algo alocado, igual a mí pero creo que en un país como en el que vivo, en el que la gente lee por promedio medio libro al año, sí lo leyeron bien medio libro al año hay que tomar algunas medidas drásticas, la primera la tomó José Vasconcelos, ministro de Educación del gobierno del presidente Alvaro Obregón en los años 20, al promover una ley, la ley Vasconcelos mediante la cual el robo de libro no configura delito, sí, como lo leen en México no es delito robar un libro, claro que dicha ley no los exime de la golpiza que el librero les propine si los alcanza. Ahora nos toca a los ciudadanos completar la voluntad de llevar los placeres de la lectura a todos los mexicanos mediante una campaña como ésta. ¿Por qué digo que hoy no lo pude hacer? Porque las condiciones para la liberación de los libros son que sea el siempre el día 7 de cada mes, que se escriba una dedicatoria en la primera página invitando a quién lo encuentre a leer el libro y lo libere el día 7 que le sea más accesible, y se deje mínimamente una dirección de correo electrónico.
En fin, el mes entrante lo liberaré, espero que a alguien que lea esta página le toque encontrarlo y leerlo.