La Jaula de vidrio

Aquella mañana todo era inestabilidad, agobio, sequedad y dolor, contrastando con el jolgorio, la alegría, el buen ánimo y lo demás que caracteriza noches como esa, a la mañana siguiente todo era por lo menos confuso, el hecho de ver doble ya no era divertido, de hecho no queríamos ni ver en esos momentos, al llegar la hora señalada salimos de nuestras madrigueras y fuimos directo a dónde enfrentaríamos nuestro destino, sabiendo que sería terrible, buen en realidad no tanto, pero en cuanto me lo dieron me llegó la sensación… era terrible y vinieron a mi mente las palabras de Einstein de que en el sistema educativo tradicional se somete a los alumnos a un incesante bombardeo para después vomitar todo en el papel de examen… lo ciento es que lo que estuvo a punto de cubrir el papel de aquel examen de Bioquímica que el profesor Homero me dio, poco o nada tenía que ver con el contenido del curso, no creo que un pambazo a medio digerir y litros de alcohol fueran el resultado que mi profesora de Bioquímica esperaba ver plasmado en el examen, en todo caso ya no me acuerdo di pasé o no el examen departontamental de Bioquímica, sólo escribí esta contribución por la “mala influencia” que ejerció Erszebet en mí con su colaboración al respecto, sólo quisiera tener alguna noche como aquellas de las quemas de batas en la Facultad de Química de la UNAM, supongo que ya encontraré algo equivalente en esta etapa de mi vida.

Y llegué a la hora señalada, bueno un poco más tarde en realidad, ya había empezado, sólo seguí los acordes como si asistiera a alguna especie de ritual y ahí estaba:
¡Carlos Santana en vivo!
Seguí caminando y me enfrenté a la masa de gente que inmóvil escuchaba al chamán de la cuerda llegué lo más cerca que pude y la música seguía y seguía, de pronto cuatro notas, cuatro orgasmos seguidos, miles de lágrimas multiplicadas por cuatro, la razón “Samba pa’ti” y el recuerdo de Cecilia me invadió por completo
¿Dónde estás Cecilia?
El concierto acabó una hora o algo así después de eso y los tenochcas nos fuimos al metro para retirarnos como al final de el Grito y de todo buen ritual que se respete.
Por lo demás sólo puedo decir es:
Gracias AMLO por abrir una sucursal del Cielo en el Zócalo…aunque fuera por sólo dos horas y media pude estar solo con mi recuerdo en medio de un tumulto.
¡¡¡Viva Carlos Santana!!!

Después del “espectá culo” de los “representantes del pueblo” de México sólo me queda decir que este país se hunde en el excesivo leguleyismo, sólo hay que preguntarse si en realidad las órdenes para detener obras deben ser sólo “hágase” o deben ser un “hijos de la chingada, o le paran o me los chingo” puesto que los miembros de la comisión instructora dijeron que a las órdenes de parar las obras en el Encino les faltaron contundencia… ¡Sí como no! Ahora resulta, desde la perspectiva de los panistas y priistas, que las órdenes de un jefe de gobierno del DF deben ser groseras y prepotentes. Ahora resulta que es más peligroso mandar construir una calle para dar acceso a un hospital que vender droga, ser terrorista o defraudar el patrimonio de miles de mexicanos. Ahora me salen con que despojar a los defeños es no sólo un acto de legalidad sino además un acto patriótico.
Pinches diputaditos del PAN y el PRI si llegaran a leer esto sólo me queda decirles que tienen muuuuy poca madre y que con todo y sus chicanas legaloides los vamos a mandar a la Chingada en las elecciones del 2006.

Finalmente ocurrió. No voy a aburrir a nadie con las efemérides, eso se lo dejo a periodistas, soflamero, detractores y demás sólo a indicar que al fin se fue, lo único que vale reflexionar es que en lo que llevo de vida he visto pasar a tres de ellos ¿Cuántos han visto ustedes? Descanse en paz.