La Jaula de vidrio

Llegó el momento, ¿qué le vamos a hacer? Ustedes saben que sucedió de todo este año, que mi dolor llegó a instalarse a mi lado de manera definitiva, que de Cecilia no he vuelto a saber, que tomé al demonio del desempleo por los cuernos y lo enfrenté, y que ahora tengo un cargo de membrete pero que no tarda en hacerse realidad ( ya sé que no he comentado nada pero ya falta poco para que arranque con la crónica correspondiente ) que deberé de estudiar toda la semana que entra para los exámenes de mis fieras a nivel bachillerato, en fin que este año fue muy movido, que no tuvo tal vez la compasión que necesito y merezco desde hace tiempo y que sólo Cecilia puede dármela, pero este 2005 fue un buen año, no sólo no fue tan malo como su antecesor, sino que fue más flexicble en muchos aspectos, sólo me queda esperar que el 2006 sea igual o mejor, y rendirles un homenaje sencillo y sincero a ustedes, los lectores que me siguen (¿me siguen? no veo para qué, pero en fin...) a los que hicieron que el contador llegara a más de mil visitas. Sólo Gracias mil, más de mil y...
¡¡¡ FELIZ AÑO NUEVO!!!

El día que la conocí, me miró con sus enormes ojos grises, que parecían casi como de cuarzo:
“Anímese, no es tan malo repetir el nivel, además vamos a hacer algo de teatro”
me dijo. Tiempo después recordé la primera vez que la vi, fue allá en las lejanas épocas de la preparatoria, cuando nuestra exigua maestra nos la presentó para que viéramos lo que era hablar Alemán de corridito y vaya que nos sorprendió.
Luego vino la entrada a la facultad y el “encierro” que ello representó, cuando vino la oportunidad de volver sobre el Alemán la aproveché y conocí gente valiosísima, una de ellas era esa enloquecida e hiperactiva mujer, cuyo autoritarismo sigo sin saber de dónde si de su origen alemán o de su vocación teatral. El cuarto nivel pasó con todo y la pastorela alemana que interpretamos, luego vino el quinto con sus defectos y virtudes, y luego la titulación, la búsqueda incesante de trabajo, el trabajo miserable, y todo lo demás, sin embargo siempre me acordaba de ella, siempre en diciembre, finalmente el día 13 se nos adelantó en el camino, se fue con sus refunfuños, su mal carácter, pero también con su determinación, su bondad de carácter y su aparentemente inagotable buena vibra, vaya pues mi homenaje humilde a la incansable Dra. Ilse Heckel, exbailarina, autora teatral, viuda y madre de dos hijos, ya estará en el cielo ensayando su Krieppenspiel, sólo me pregunto: ¿Quién en la infantería celestial interpretará mi papel de Kaiser Augustus?

Todo estaba dispuesto. Ahí, como en una guerra sudafricana los bandos estaban formados, las tribus observaban el desarrollo de las acciones y las jóvenes de cada tribu animaban a quienes llevaban sus colores (¿colores? Si acaso uno por bando, negro, rojo, multicolor, rosa, y color mostaza), y como en guerra africana lo único que realmente se intercambiaba eran insultos, claro está que disfrazados pues la versión local de Kofi Anann no permitía que las altisonantes atravesaran el campo de batalla sin que l@s guerrer@s fuesen sancionados.
El desarrollo de las acciones dejaron entrever desconfianzas, rivalidades, alianzas espontáneas y solidaridades fugaces, pero al final sucedió lo lógico, aquellos que realizan “maniobras a la retaguardia” empleando para ello “recursos” extraídos de algún lugar se alzaron con el triunfo, la victoria, el honor y el cadáver más importante de la confrontación, el de un guajolote (pavo). Ya sé que esta descripción es exagerada para ser la de un torneo de basketball de preparatoria, pero fue irresistible para mí describirla de esa forma, sobre todo al ver la antipatía que l@s alumn@s de 4 y 5º año le guardan a l@s alumn@s de 6º año y la “lealtad” espontánea y fugaz de un@s para otr@s, fue muy interesante observar cómo las alumnas de 6º que no estaban en el equipo femenil se vistieron con microfalditas para animar a sus pares en la cancha, muy curioso observar la futura debacle deportiva de la escuela el próximo año, por el desinterés del alumnado de 5º año en los deportes y muy jocosa toda la situación en general, sólo espero que me guarden una torta de guajolote.